domingo, 13 de diciembre de 2009

JOVENES


El vacio de la vida
El vacío de la vida tiene que ver también con la insatisfacción afectiva. Hay una falta de amor verdadero y una fragilidad psicológica que pone en peligro el equilibrio personal, y conduce muchas veces a decisiones equivocadas y peligrosas. La mala elección en una compañía; un amor desbordado que más que amor es necesidad de afecto, y una compusión por auto flagelarse hasta llegar al suicidio. Pero, vayamos por partes, porque este no es un tratado de psicología, y no apelamos al lenguaje de la psicología, para no confundir a nuestros lectores. Lo primero que constatamos en la vida de muchos jóvenes es una falta de amor verdadero, fruto de la dispersión de los padres: trabajan largas jornadas; están siempre ausentes o su presencia es intrascendente; a veces sólo están para corregir cosas que han pasado en su ausencia, como si los hijos fueran simplemente máquinas reprogramables, y en otras ocasiones sólo quieren descansar y relajarse un poco del agobio del trabajo. Este ambiente suele disfrazar los sentimientos, y aunque haya una cierta convivencia pacífica, bajo el ropaje de la calma se suelen ir acumulando los conflictos no resueltos, lo que deja un amplio margen para la sorpresa, por lo que permite que afloren conductas inesperadas; sobresaltos en el humor y decisiones apresuradas. Una vez el terreno está abonado para buscar por fuera de casa el amor o el afecto deseado, aparecen las amistades exclusivas, es decir, aquel amigo o amiga al que se le dedica "la mitad de la vida" sin que importe lo demás; el mundo de alrededor queda en penumbra, y como un reflector, de esos de las películas gringas, sólo aparecen bajo la luz exclusiva, la pareja de amigos. El resto del mundo pierde peso, y poco importan los de casa o los del colegio. Hay una entrega tal que se convierte en necesidad, a la manera de un droga que todo lo devora. La exclusividad, como su nombre lo indica borra el rastro de los más cercanos; "sólo existe esta amitad". Pero, como todas las cosas humanas, no son eternas, llega el momento en el que, por alguna razón se deshace el encanto y se pierde el hechizo, y la amistad tan cultivada y manoseada, se derrumba, todo se derrumba con el derrumbe de ella. Todo colapsa: porque, en una mirada de 360 grados, no hay nadie. Todos fueron eliminados de la agenda; sus teléfonos borrados,...nadie. La necesidad psicológica del otro, hace que se inicie una caída sin red hacia el interior, y por ende un caída de la vida cotidiana. Todo pierde peso y valor, y el vacío de la vida se manifiesta en el deseo de morir.
Discute en tu grupo juvenil:
-Cómo es tu relación con tus padres?
-Qué haces cuando te sientes solo, no cuando estás solo; entiendes la diferencia?
-Haces algún deporte que te facilite una buena relación con los demás?
-Qué significa la frase, "la soledad no existe donde está Dios"?
-Es tu grupo, y tu espacio en la parroquia un buen apoyo para tu vida?

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