

Esta semana hemos continuado con la cerca, ahora estamos colocando la viga de corona como la llaman los albañiles. El señor Juan, se ha prestado a colaborar, en vista que no tiene trabajo y muy generosamente se ha propuesto venir, y como ayudante yo, es decir, el cura, que también conozco un poquito, por lo menos batir mezcla y ayudarle a encofrar. Aunque el sol es inclemente, vamos poco a poco y ya hoy echamos un pedacito como de seis metros y así seguiremos hasta que Dios lo quiera. El señor Juan se llevó unos cuantos machucones en los dedos y yo salí esperolado de la cintura, pero contentos.
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