


El pasado martes 23 fuimos a visitar a las Hermanas del Divino maestro, aquellas viejecitas que después de una larga vida de duro trabajo ya reposan de sus labores ya que por una parte ya están jubiladas y por otra ya estan muy enfermas. Ramón les celebró la Eucaristía y no cabían de contentas en su corazón, sobre todo la hermana Josefa. Después nos dieron un sencillo desayuno con mucho cariño acompañado del testimonio vocacional de algunas de las presentes, además de la historia del padre Chui que duró como una hora, y eso que fue un resumen.
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